Le digo algo, secreta flor, casi en silencio y susurrando las frases, como solemos hacer los reos meditabundos,si hay esperanza y tibieza en los cristales, la ausencia puede morir de muerte anunciada.
... Cuando un ángel le oiga, dormirá sus alas deteniendo al viento y la tibieza misma será el cristal. Soy, a pesar de todo, el secreto color de la esperanza.
Bellísimo, profundo, enigmático...como su blog.
ResponderEliminarLe agradezco su visita, mademoiselle. Sea usted bienvenida a la brevedad de mi rincón.
ResponderEliminarMe pregunto quién se esconde en la brevedad de su rincón...
ResponderEliminarSobre esto último le envié un correo amiga. No sé si lo recibiría usted.
ResponderEliminarGracias de nuevo por su visita.
Le digo algo, secreta flor, casi en silencio y susurrando las frases, como solemos hacer los reos meditabundos,si hay esperanza y tibieza en los cristales, la ausencia puede morir de muerte anunciada.
ResponderEliminar... Cuando un ángel le oiga, dormirá sus alas deteniendo al viento y la tibieza misma será el cristal.
ResponderEliminarSoy, a pesar de todo, el secreto color de la esperanza.