martes, 15 de junio de 2010

Diálogos / El pozo

El oscuro pozo de la impermanencia: condenada a recorrer la noche a través de diez mil rostros con los que se viste lo posible. Y no obstante... ¿si por fin ocurriera? ¡Ah, si un día de pronto se atascara la errática noria! ¡Si los muros de su criminal ergástula dieran contra el suelo y este Sísifo fuese liberado!

Entonces ella correría feliz hacia su centro y dejaría de inventarse. Quemaría sus exhaustos ropajes y reiría desnuda, con la misma desnudez con que la recibió la vida. Ingenua y frágil, como la primera palabra.


Pero una niebla mortal nos atraviesa en aquella cicatriz donde olvidamos cuándo, cómo comenzó, quién nos quebró el espejo original...



... vagabundas, sin poder contemplarnos... corremos tras de tantas y la fatalidad nos oprime contra el pecho de todas... nosotras... yo...

!desterrada! ¡desterrada! ¡arrancada de mí misma!

(¡Silencio!)
... Aquí te ocultarás hasta que el grito del volcán estremezca los barrotes de tu nombre. Aquí serás el gusano, aquí el capullo, aquí la mariposa. Nadie vendrá por los anchos pasillos de tu soledad; nadie será la saeta, nadie enterrará su lágrima.

Dormiré entre raíces y me arroparán las murmullos de la tierra porque allí, donde el sueño gobierna, no podrán herirme los gemidos de la mañana...


Espera... ¡Una cosa más! ... pero antes de sumergirte en el olvido de mi abrazo, dejarás arrojada tu máscara en la entrada...

5 comentarios :

  1. "Espera... ¡Una cosa más! ... pero antes de sumergirte en el olvido de mi abrazo, dejarás arrojada tu máscara en la entrada..."

    Eso sí que sería un gran acto de amor...suicida.

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  2. Posee usted el poderoso encanto de la comprensión, Ophelia.
    Éste es un fragmento de mi pequeño teatro del absurdo, por cuando he arrojado la máscara y con ella mi nombre, solo para vestir otra máscara más. La torre de los espejos: no importa en qué angulo se coloque, siempre habrá una nueva distorsión, un reflejo del que es imposible escapar. Y la huída, de todas formas, sería suicida. Demencia.

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  3. Poseo el poderoso encanto...de la demencia... Lo sé.

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  4. No es tan difícil,ni tan fácil, el justo medio, como proponían los sabios latinos.
    Hay un espejo original y un reflejo verdadero, el que se toca con la yema de los dedos. La vida entre espejos, ante espejos será siempre ilusoria, entonces mejor hacer como aquel conde de Transilvania y vivir sin ellos, sin nada que pueda reflejarnos (engañarnos) y aprender a vivir reconociéndonos lejos de la artificiosa ilusión.
    El monstruo sólo tuvo conciencia de su monstruosidad, al verse reflejado en las aguas de un estanque y tal revelación lo llenó de odio y de crueldad, no pudo pensar en la esencia, se quedó con el reflejo y se olvidó que no somos lo que parecemos, sino lo que intrínsecamente somos.

    Pero no le hagas caso a un reo y menos si es del Oeste...

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  5. Un proceso, mi querido Reowest, un proceso complejo, aunque nada desdeñable, ese del autorreconocimiento. Para mí la máscara no representa necesariamente lo artificial, sino un mecanismo que a veces permite filtrarnos y presentarnos ante nosotros mismos y ante el mundo. Porque la asunción del sí mismo de un modo consciente (tan plenamente como sea posible), a veces pone en juego íntimas contradicciones entre lo que se es, lo que se quiere ser y lo que se puede ser. Y no obstante, creo con fervor en el poder de la autodeterminación, la posibilidad de elegir...

    Sabés que esa historia me vibra cuerdas muy sensibles; la tragedia del Monstruo, su sino ineludible, subyace en el aislamiento al que es sometido a partir de su apariencia. Reniega de su esencia, cuando ésta es renegada por los demás; sin embargo, para no irme del tema me quedó con tu enfoque, y es cierto, al fondo de los reflejos distorsionados en lo aparente se encuentra el ser real, concretable. Todo un reto a la neurosis...

    Un beso, y vos sabés que sí, que tu apreciación me resulta importante.

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